Uno de los más grandes de la isla, sus 600 metros están enmarcados por cocoteros y arena espesa y amarilla. Con una excelente infraestructura, ofrece estacionamiento público, paseo con banco, jardín, restaurante, quiosco, ducha, cancha deportiva, parque infantil y la Capela São Benedito, que atrae a muchos residentes. En la esquina izquierda de la playa hay un muelle y varias rocas que brindan un ambiente propicio para practicar snorkel.

También es popular para practicar remo y kayak. Cada mes de agosto, el lugar acoge el Festival de la Tainha. Merece la pena contemplar el atardecer desde allí.